REFLEXIONES SOBRE


EL NEOLIBERALISMO EN CHILE.
ESTALLIDO SOCIAL Y PROCESO CONSTITUYENTE EN CHILE
TAMBIÉN SE INCLUYE
REFERENCIAS A PUBLICACIONES SOBRE MOVIMIENTOS SOCIALES Y ECONOMÍA POLÍTICA .
INFORMACIÓN SOBRE TRABAJO DE GESTIÓN Y ADMINISTRACIÓN EN INSTITUCIONES Y ORGANIZACIONES SOCIALES
Y
VIDEOTECA SOCIAL (muestra de películas emblemáticas de denuncia social, en los diferentes géneros expresados en la historia del cine)

viernes, 28 de junio de 2013

1.- EL “GRITO DE CÓRDOBA”.

Se conoce como “El Grito de Córdoba” a la primera movilización universitaria en el mundo donde los estudiantes levantan la matriz de demandas categorizadas  posteriormente en la  teoría y la práctica social como Reforma Universitaria. Estas demandas fueron explicitadas en el documento que a modo de pliego de peticiones levantaron los estudiantes bajo el título “Manifiesto Liminar” y cuya redacción  se le atribuye al dirigente  Deodoro Roca. El conflicto en cuestión se produce en torno a las huelgas y toma de locales que provoca el uso de anacrónicos y antidemocráticos métodos de elección de las autoridades que correspondía realizar el año 1918 en la Universidad de San Carlos de la ciudad de Córdoba. La movilización iniciada en Abril se prolongó hasta Septiembre con la elección de nuevas autoridades con participación del conjunto de la comunidad universitaria, y mandatadas para cumplir algunas de las demandas planteadas en el “Manifiesto Liminar”.
El desencadenamiento de acontecimientos que marcaron la praxis del conflicto en este caso no tiene demasiada significación por cuanto el legado de la movilización de los estudiantes de Córdoba del año 1918 será preferentemente ideológico y se expresará en las ideas contenidas en el “Manifiesto Liminar” conocido más comúnmente como el “Grito de Córdoba”. Este documento expresa y desarrolla con brillante lucidez los principios básicos de las reformas  universitarias demandadas por los movimientos universitarios en el mundo durante el siglo XX que intentaron acabar con una Universidad heredada de la tradición medieval y dominada hegemónicamente por los poderes fácticos asociados al clero y la oligarquía; abriendo paso a la modernidad y habilitándola para cumplir los desafíos que ella le planteaba.
Los principios fundamentales de la Reforma Universitaria que el “Grito de Córdoba” legitima son: autonomía universitaria que implica evitar que presiones provenientes de los poderes fácticos  interfieran en la vida universitaria, autarquía financiera e inviolabilidad de la infraestructura locataria; cogobierno expresado en la participación del conjunto de la comunidad universitaria, en especial los estudiantes, en la elección de las autoridades; extensión universitaria, concepto  que apunta a vincular la Universidad con su entorno social y relacionar su quehacer con la sociedad; acceso de los profesores por concursos y periodicidad de las cátedras; libertad de cátedra; asistencia libre a cátedras paralelas; vinculación de la docencia con la investigación, compromiso  con la solidaridad latinoamericana e internacional.
El eje del movimiento de reforma universitaria desencadenado en Córdoba el año 1918 es la disputa por el cogobierno o sea la participación del conjunto de la comunidad universitaria en la generación de las autoridades que tendrán a su cargo la gestión de la universidad. Ese es el gran legado del Grito de Córdoba. La generación democrática de sus autoridades junto a la autonomía académica y presupuestaria otorgarán las herramientas a la Universidad que el Manifiesto de Córdoba pretendía configurar para formar los profesionales e intelectuales que les corresponderá asumir la dirección política y espiritual de la sociedad en los albores de siglo XX, relevando en esta función al clero y las castas oligárquicas sobrepasadas por los nuevos desafíos que la modernidad, el desarrollo capitalista y la industrialización planteaba al continente. 
 El Grito de Córdoba influyó en el quehacer del movimiento estudiantil latinoamericano y mundial de todo el siglo XX. Baste mencionar tan sólo que los movimientos estudiantiles que en mayo del 68 tuvieron en jaque al gobierno francés y las reformas universitarias provocadas por los estudiantes en Chile durante la década del 60 tienen en el Grito de Córdoba su fuente de inspiración. También desarrollaron algunas de las ideas allí contenidas grandes intelectuales latinoamericanos en su esfuerzo por pensar lo específico de la realidad latinoamericana  y el rol que le cabe a la Universidad en su evolución y desarrollo, como José Ingenieros, José Carlos Mariátegui, Faustino Sarmiento, Germán Arciniegas, Julio Antonio Mella, Aníbal Ponce, Héctor Agosti, Darcy Ribeiro, Luis Vitale; y políticos de la talla de un Salvador Allende o un Víctor Haya de la Torre.
En el largo proceso histórico que  da forma a un modelo de Universidad Latinoamericana y el rol que en su configuración juegan las organizaciones estudiantiles “El Grito de Córdoba” no constituye una meta sino un punto de partida. En el mundo, en el año en que se desencadena el conflicto en la Universidad de de San Carlos, estaban ocurriendo episodios como la guerra civil que sucede a la revolución mexicana, la primera guerra mundial y la revolución de octubre, y Latinoamérica estaba viviendo el ajuste de sus instituciones (universidad incluida) para enfrentar los traumas asociados a procesos como la industrialización, un incipiente desarrollo capitalista, y el desplazamiento de la fronda aristocrática de los centros de poder políticos y económicos. Los partidos socialistas de orientación marxista y los propios partidos comunistas, que en la segunda mitad del siglo influirán grandemente en la orientación de los centros de alumnos y federaciones universitarias del continente, aún no habían nacido o estaban recién en pañales.
Posteriormente  los movimientos de reforma que surgieron hacia la mitad del siglo XX  impulsaron procesos enmarcados en una reforma universitaria que, aunque  incorpora los principios asociados al Grito de Córdoba, agrega otros, que, en conjunto modelan lo que se conoce como Universidad Popular. Destacan entre ellos la legitimación de la educación popular  como método de enseñanza aprendizaje, la formación de profesionales con conciencia crítica, humanista y comprometidos con el cambio social para lo cual la alianza con los obreros es precondición, gratuidad y garantía de acceso a la educación superior de los estudiantes de origen popular; y durante los últimos años, compromiso del quehacer científico con la búsqueda de  respuestas a problemas contemporáneos como la superación de la pobreza, la defensa de los derechos humanos y la profundización de la democracia. 

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