REFLEXIONES SOBRE


EL NEOLIBERALISMO EN CHILE.
ESTALLIDO SOCIAL Y PROCESO CONSTITUYENTE EN CHILE
TAMBIÉN SE INCLUYE
REFERENCIAS A PUBLICACIONES SOBRE MOVIMIENTOS SOCIALES Y ECONOMÍA POLÍTICA .
INFORMACIÓN SOBRE TRABAJO DE GESTIÓN Y ADMINISTRACIÓN EN INSTITUCIONES Y ORGANIZACIONES SOCIALES
Y
VIDEOTECA SOCIAL (muestra de películas emblemáticas de denuncia social, en los diferentes géneros expresados en la historia del cine)

viernes, 14 de junio de 2013

7.-LA MATANZA DE LA PLAZA DE LAS TRES CULTURAS DE TLATELOLCO.


La matanza de la Plaza de Tlatelolco es uno de los fenómenos más enigmáticos, siniestros y oscuros que registra la historia universal donde jóvenes estudiantes han  estado involucrados. Después de ocurrido el fenómeno el Gobierno apelando a la censura y todos los instrumentos de control de información que dispone aplica un eficiente dispositivo que tiende un manto de silencio que hizo desaparecer por 25 años Tlatelolco de la historia de México. Sólo quienes estuvieron allí y sobrevivieron como testigos de la matanza se atrevieron a describir el hecho utilizando frases como:”Tlatelolco era un reguero de sangre”, “a montones los muertos eran subidos en camiones y trasladados quien sabe dónde”. Nunca se sabrá cuantos manifestantes fueron sacados de la plaza para ser arrestados y cuantos fueron asesinados.
Después de ese fatídico 2 de octubre de 1968, el Gobierno de México reconoció la existencia  de 1.500 manifestantes detenidos y conducidos a un campamento militar y 30 muertos conducidos en vehículos de guerra y sepultados en fosas comunes. Para las agencias extranjeras los muertos fueron más de 300. Muchos desaparecen ese día y de ellos nunca se sabrá ni se hablará hasta 25 años después.
Antes que fuera impuesta la censura los medios informaban la existencia en México de una efervescencia estudiantil que no era diferente a la que se expresaba durante los años 60 en las principales  ciudades de mundo con presencia de universidades, incluyendo Madrid, Barcelona, Berkeley, Boston o Santiago. Las causas de esa efervescencia eran también las mismas, en el contexto internacional la amenaza de quiebre de la paz mundial que provocaba la profundización de la guerra de Viet Nam, en el plano nacional el impacto social de las crisis cada vez más recurrentes asociadas al desarrollo capitalista, y en el plano universitario las demandas democratizadoras, las mismas del “Grito de Córdoba”, algunas de las cuales, aún permanecían sin respuesta en la mayoría de las universidades latinoamericanas y por ello estaban plenamente vigentes.
Las escaramuzas que dieron origen a la  revuelta del año 68 y concluyen con la matanza de Tlatelolco tienen entre sus antecedentes las diferentes movilizaciones estudiantiles  que se suceden en el campus de la Universidad Nacional Autónoma de México desde el 22 de Julio de aquel año. Durante los dos meses siguientes los disturbios alcanzan cada vez más violencia incluyendo asaltos a locales comerciales e instituciones púbicas. La presencia de 150 mil estudiantes movilizados liderados por un Comité Nacional de Huelga concluye con más de 500 estudiantes detenidos el 18 de septiembre.  La escalada  del conflicto amenazaba  con opacar las olimpíadas a desarrollarse el mes siguiente en el D.F. Para evitar aquello el presidente  Gustavo Díaz Ordaz  da una respuesta  a la plataforma levantada por los estudiantes cuya demanda principal estaba centrada en la autonomía universitaria.    
Sin lograrse una solución inmediata, se abre un período de negociaciones en el curso del cual el movimiento se radicaliza aún más  prolongándose hasta el 2 de Octubre,  cuando se convoca a un gigantesco mitin de protesta en la plaza de las Tres culturas o de Tlatelolco. Al mitin asisten 15.000 personas. Un helicóptero lanza una bengala cuando los movilizados permanecen concentrados en la plaza. Un disparo desde un edificio alcanza, sin matarle, al general José Hernández Toledo. La plaza es sitiada por soldados y policías que tenían rodeado el recinto. “Lo milagroso era escapar con vida” confesaron posteriormente los manifestantes. Cientos  de ellos mueren algunos por disparos y otros a golpe de bayoneta. La explicación  dada por el Gobierno fue “los militares respondieron al fuego que ellos recibieron”.
Cuando se levanta la censura comienzan a publicarse pequeños “papers” resultantes del trabajo investigativo desarrollado de manera clandestina por algunos valientes historiadores que enfrentaron las directrices del gobierno y con una técnica de recuperación de memoria intentaron registrar testimonialmente el fenómeno. Ello estimuló a otros cientistas sociales a realizar nuevos esfuerzos de investigación consultando fuentes documentales develadas después de dos décadas  que daban nuevas luces sobre la verdad ocurrida ese 2 de Octubre en la Plaza de Las Tres Culturas. Producto de aquello se develó la acción de miembros de un comando ultraderechista que, influenciados y penetrados por la CIA, provocaron los hechos que desencadenaron la masacre.
La hipótesis del complot ultraderechista se confirmó y oficializó en octubre de 1997,  cuando el congreso mexicano formó un comité para investigar la masacre de Tlatelolco. El comité tomó testimonio a varios testigos, activistas y políticos involucrados, incluyendo al ex presidente de México Luis Echeverría Álvarez (quien en aquella época era Secretario de Gobernación) el que admitió que los estudiantes estaban desarmados y también sugirió que la acción militar fue previamente planificada. En octubre de 2003 (35 años después de la masacre), cuando el National Security Archive de la Universidad George Washington publicó  documentos desclasificados de la CIA, el Pentágono, el Departamento de Estado, el FBI y la Casa Blanca, se develó la participación del gobierno los Estados Unidos en la planificación  de la masacre.
 Hoy se sabe que la matanza de Tlatelolco fue provocada por una acción concertada y planificada por agentes estadounidenses que habían penetrado un comando de orientación fascista del PRI (partido de Gobierno), conocido con el nombre De La Lux, uno de cuyos miembros dispara desde la azotea de un edificio localizado en las inmediaciones de la plaza hiriendo en un brazo al general José Hernández Toledo mientras otro desde un helicóptero que sobrevuela la plaza lanza la bengala que según habían sido “dateados” era la señal que recibirían los soldados para disparar. Si bien la matanza consiguió que los juegos olímpicos de 1968 que se iniciaron en México algunos días después se desarrollaran en un ambiente de relativa tranquilidad social, la efervescencia en las universidades de Estados Unidos tuvieron al año siguiente sus más violentas manifestaciones en Ohio, Detroit y Chicago, incluyendo una decena manifestantes muertos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario