REFLEXIONES SOBRE


EL NEOLIBERALISMO EN CHILE.
ESTALLIDO SOCIAL Y PROCESO CONSTITUYENTE EN CHILE
TAMBIÉN SE INCLUYE
REFERENCIAS A PUBLICACIONES SOBRE MOVIMIENTOS SOCIALES Y ECONOMÍA POLÍTICA .
INFORMACIÓN SOBRE TRABAJO DE GESTIÓN Y ADMINISTRACIÓN EN INSTITUCIONES Y ORGANIZACIONES SOCIALES
Y
VIDEOTECA SOCIAL (muestra de películas emblemáticas de denuncia social, en los diferentes géneros expresados en la historia del cine)

domingo, 16 de junio de 2013

6.- WOODSTOCK. LA FIESTA MÁS GRANDE DEL SIGLO XX.-

“Hagamos el amor y no la guerra”. Esa fue quizás la consigna en la cual mayormente se reconocieron y por la cual se movilizaron masivamente los jóvenes de los años 60, ha perdurado en la memoria colectiva de occidente y representa mejor que cualquier otra el sentimiento de la época. La proyección a la vida cotidiana de los avances científicos como la píldora anticonceptiva y su uso masivo provocó una revolución sexual. Desde San Francisco nuevos códigos normaron la vida cotidiana cuando una avanzada de jóvenes liberándose de costumbres que consideraban anacrónicas, despreciaron la vida familiar para revalorizar la comunitaria y vivir lo que llamaron “la revolución de las flores”. Y, aunque el movimiento hippie sedujo sólo a un sector minoritario de la juventud de la época, con sus experiencias, quienes adoptaron un compromiso vital con él, marcaron pautas de conductas cotidianas que aún hoy permanecen vigentes, con su libertad sexual, su comunitarismo, y, en general, con su rechazo a lo establecido modelaron una nueva sensibilidad sobre el amor, el sexo, la familia y los valores.
Pioneros de la rebelión contra el consumismo y la modernidad, los hippies eran la expresión de una sociedad capitalista en apogeo cuyo sistema de valores y esquemas conductuales, los jóvenes se resistían a aceptar. Este movimiento juvenil no optaba por la transformación del mundo sino, por el aislamiento y la creación de espacios de acogida alejados de la vanidad, la hipocresía el consumismo, el stablishmen, el arribismo, o, para decirlo con palabras de nuestro tiempo, cualquier forma de aburguesamiento. Entre marihuana, alcohol, meditación y atuendos que contenían símbolos representativos de la cultura hindú, oriental y hasta árabe, los hippies representaron un sector moderno de la contracultura de resistencia del sistema capitalista estadounidense. Así fue que artísticamente, se volcaron a una apertura de la conciencia motivando, por otro lado, movimientos tan importantes para la historia como fueron la liberación sexual de la mujer y de los homosexuales y, por sobre todas las cosas, lograron que la escena bohemia inundara las calles de Estados Unidos, siempre en pos de la libertad mental y espiritual contagiando su energía reformista a los estudiantes de aquella época.
Los hippies,  descendientes naturales de la generación beat, se convirtieron en la expresión manifiesta de la  contracultura de la década del 60, teniendo como bandera el amor y la paz, optaron por una vida en comunidad  apelando a la  cooperación mutua. En cuando a las creencias, optan por tomar elementos de diferentes religiones o prácticas religiosas, las que más se acercasen a los estados mentales que ellos perseguían, jugando un rol preponderante la meditación. Se nutrieron de enseñanzas del budismo y el hinduismo, incluyendo también algunas prácticas de los indígenas norteamericanos. Quizás el mejor resumen de lo que  esta contracultura perseguía se expresa en sus más emblemáticos temas musicales que crearon o interpretaron  Bob Dylan (like a rolling stone), Joan Baez (Blowing in the wind) o John Lennon: "Imagina no tener posesiones, me pregunto si puedes, no hay necesidad para el egoísmo y el hambre, una fraternidad del hombre. Imagina toda la gente compartiendo el mundo".
El rock fue el símbolo que mejor representa la rebeldía juvenil de la segunda mitad del siglo XX. Diversas expresiones de arte popular y en especial la música fue quizás la herramienta mejor y mayormente utilizada no sólo para testimoniar su disconformidad y protesta contra un mundo que les incomodaba y deseaban urgentemente transformar, sino también para transparentar y develar sus sueños e imaginería. Si bien es cierto que no es precisamente ésta la generación la que, fusionando spiritual, blue, jazz y la música country inventó el rock and rol, fue la que descubrió y valorizó su potencialidad como herramienta para expresar y trasmitir sueños, protesta y rebeldía, entregándola como herencia a quienes quisieron utilizarla posteriormente con el mismo propósito. Así, el rock and rol cobró su mayor fuerza a través de la historia, de la mano de sus mejores exponentes junto a las corrientes pictóricas, musicales y literarias surrealistas. Se entiende entonces porqué el episodio más emblemático producido por este movimiento será un festival de tres días donde con el rock, la marihuana y el sexo expresaban su rebeldía contracultural, el festival de Woodstock, la fiesta más grande del siglo.
Con la magia seductora del rock, unido al sexo y la marihuana en Woodstock, un fin de semana de agosto de 1969 miles de jóvenes vivieron la fiesta más grande del siglo. Convocados por la música manifestaron sus ideales, experiencias y deseos en un evento artístico que se convirtió en uno de los símbolos de una década marcada por la búsqueda de ideales radicalmente opuestos al orden establecido. El llamado festival de las flores consagró al movimiento hippie como una forma de vida capaz de salir de las normas sociales, teniendo como eje las expresiones artísticas.
Ante la pregunta rutinaria del fiscal por su lugar de nacimiento, el acusado respondió “la Woodstock Nation”. Tras la protesta del fiscal el acusado replicó La Woodstock Nation no es un lugar sino un estado espiritual de la misma manera como los indios Sioux llevan su nación a cuestas. El juez le interrumpió ¿Donde está Woodstock? A lo cual el acusado respondió “en mi cabeza”. La anécdota es  protagonizada y relatada en su libro “Talk Rock Álbum” por el dirigente hippie Abbie Hoffman, uno de los organizadores del festival. Acusado  y formalizado por  involucrarse en la organización y convocatoria………..no de algún festival de rock, sino de una de las más violentas manifestaciones ocurridas el mismo año 69 en Chicago. Fue un conspicuo representante de esa gamada de líderes juveniles radicalizados que H. Marcuse identificó como “hijos de Marx y la coca cola”

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